Aulas vacías

  • 25 junio, 2013
  • Comentarios

El ciclo se repite una vez más. La algarabía de los últimos meses, el eco de los juegos infantiles, los ocasionales llantos, dejan paso a un imponente, a un descarnado silencio que sobrecoge. Lo que hubo, lo que fue, se traslada ahora, llegado el verano, más allá de las vetustas paredes de la escuela.

Los alumnos marchan en busca de sus vacaciones. Los libros y exámenes son sustituidos por el tedioso calor y el refrescante chapuzón, por los castillos de arena y el siempre agradecido helado. Todo lo que acontezca durante los próximos meses, lo hará al margen del viejo edificio que, pacientemente, aguardará el regreso de sus niños.

Pero habrá quien no vuelva. Son, esos escolares que, el último día de clase, dedicaron una furtiva mirada a esas aulas, hoy vacías, antes de abandonarlas. En algunos casos, todo quedó en ese mirada; en otros, no se pudo evitar la lágrima. Cada uno, a su manera, se despidió de la que fue su casa durante una importante etapa de su vida. Pero ninguno de ellos dejó de sentir ese día un extraño runruneo en su estómago.

Saben que les espera un nuevo trayecto en su viaje, que se abre ante sus ojos un horizonte diferente. Y es, precisamente ese miedo a la novedad, a lo desconocido, lo que les hará volver la vista atrás con el vano deseo de aferrarse a uno días, a unos recuerdos que, aunque suyos, en ese momento se les antojarán lejanos, incluso extraños. Es el inevitable resultado de ir dejando huellas en el camino.

No será más que un momento. Para bien o para mal, siempre se impone la natural tendencia a seguir avanzando, de seguir coleccionando experiencias y recuerdos, de madurar en definitiva. Sin embargo, de cuando en cuando, estos niños que pronto dejarán de serlo, regresarán a aquellos tiempos en busca del alumno que fueron o creyeron ser en su infancia. Forma parte de la naturaleza humana traer al camino presente las huellas que quedaron atrás. Probablemente no seríamos capaces de comprender qué somos ni quiénes somos sin ellas.

Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *