Paula Cortés: “Las fiestas de Moros y Cristianos se sienten aunque hayas nacido lejos”

“Mi relación con las fiestas es puro amor”. Así define Paula Cortés lo que siente cada vez que pisa Villena. Tiene 21 años, nació en Sevilla, pero se considera también villenera gracias a la herencia festera de su familia. Y no es para menos: su árbol genealógico está lleno de comparsas, escuadras y cabos que marcaron la historia. Uno de sus antepasados fue fundador de la comparsa de Marineros hoy Marinos Corsarios, su bisabuelo Joaquín Cortés, uno de los fundadores de los Realistas, y su abuelo Pepe Cortés fue cabo tanto en Realistas como en los Moros Nuevos, donde estuvo en la escuadra de Massais.
Con semejante legado, “era imposible no ser festera”, reconoce Paula entre risas. Desde niña venía cada septiembre a Villena, vestida con el chaleco de su padre, y ya entonces se emocionaba con las bandas, los desfiles y el ambiente de la ciudad. Hoy, aunque reside en Sevilla, sigue sintiendo las fiestas como parte de su identidad. “En casa siempre se ha hablado de ellas, y aunque esté lejos yo sigo poniéndome pasodobles hasta en la ducha”, confiesa.
Hablamos con Paula sobre su manera de vivir las fiestas desde fuera, lo que significa para ella ser festera y la importancia de una tradición que, a pesar de la distancia, forma parte de su día a día.

P: ¿De dónde nace tu sentimiento por las fiestas?
R: De mi familia. Mi padre es villenero y siempre ha tenido mucha tradición festera. Mi tatarabuelo fue fundador de la comparsa de Marineros, mi bisabuelo y mi abuelo también vivieron las fiestas de lleno… y así hasta hoy. En casa se respiraba fiesta, mi abuelo inculcó ese amor a sus hijos y mi abuela, sin ser festera, que se emocionaba con los pasodobles y corría a ver a mi abuelo salir de cabo. Es imposible no sentir por la fiesta.

P: ¿Qué significa para ti ser festera?
R: Orgullo. Orgullo de pertenecer a las fiestas de Villena de manera tan directa, de haberlo heredado de mi familia y de poder vivirlo con tanto cariño. Me encantaría transmitirlo algún día a mis hijos, que por supuesto serán Moros Nuevos.

P:Cuando hablas de las fiestas en Sevilla, ¿cómo las explicas?
R: Es complicado. Allí muchas veces llaman “disfraces” a nuestros trajes, y eso me pone negra. Yo siempre digo que lo puedes explicar, pero que hay que vivirlo. Si no, no entiendes por qué nos emocionamos recogiendo a una madrina, o viendo el bombo, o desfilando una marcha mora. Lo que más me gusta es que aquí todo el mundo aporta: las comparsas, las escuadras, los músicos, los arcabuceros… sin ellos nada funcionaría.

P: ¿Alguna vez te han hecho sentir “de fuera”?
R: Muy pocas veces. Algún comentario de “tú qué vas a saber si no eres de aquí”, pero la
mayoría de la gente reacciona al revés: se alegran de que una persona de fuera lo viva tanto y lo valore.

P: ¿Qué es lo que más te hace volver cada año a Villena?
R: La familia. Compartirlo con mi padre, con mis abuelos, con mi tía y mis primas. Recuerdo con mucho cariño cuando mi prima Laura fue madrina mayor de los Moros Nuevos en 2017, fue un año de muchísimas emociones para todos.

P: ¿Qué actos son los más especiales para ti?
R: La misa el día de romería por la mañana, porque la vivo con mi tía y mis primas; la alborada, porque desde pequeña la veía con mi padre y me emocionaba pensar en algún día llevar yo a la Virgen; y la conversión del moro al cristianismo, porque representa la historia y el sentido de todo.
Paula demuestra que no hace falta haber nacido en Villena para sentir las fiestas como propias. La pasión por la música, la tradición y la devoción se transmiten de generación en generación, y ella es el ejemplo perfecto de cómo el amor por los Moros y Cristianos puede trascender fronteras y convertirse en un sentimiento compartido.