Fiestas populares

  • 19 septiembre, 2025
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Fiestas populares

Tengo la impresión —tal vez equivocada— de que durante algunos años los jóvenes de Villena renunciaron a sus fiestas patronales, que preferían invertir el dinero de una cuota —en tiempos en los que parecía que la única forma de disfrutar de estas era apuntándose a una comparsa—en alquilar un apartamento o reservar una habitación de hotel, preferentemente en la playa, para correrse la juerga con los últimos suspiros del verano agonizante.

Dicha impresión —insisto en que solo es eso y puede ser errónea—, me inclina a pensar que algo ha cambiado en los últimos años. Sobre todo a partir del momento en que las tribunas —con sus luces y sus sombras—, han dado la oportunidad a esa misma juventud de formar parte del desfile aunque no se integre entre los socios salientes de las comparsas. Hay un ambiente de fiesta al que ellos saben darle una intensidad mayor —también con sus luces y sus sombras, porque nada es perfecto en esta vida—con sus cánticos, sus vitoreos y alguna que otra ocurrencia bastante creativa.
Sin embargo, más recientemente se ha unido al asunto de las tribunas una iniciativa que, si bien es bastante común en las fiestas de otras poblaciones, en la nuestra apenas la habíamos conocido hasta ahora. Hablo de las charangas, grupos de músicos de viento y percusión que interpretan piezas de carácter desenfadado y jocoso. Estas charangas son contratadas por peñas y grupos para amenizar la velada durante un rato.

En la pasada edición de nuestras Fiestas, estos grupos, que han ido proliferando, han conseguido congregar a una respetable cantidad de gente en cada actuación. Y, no solo eso, como el Flautista de Hamelín, han causado un efecto llamada cuando se animaban a salir del local que los había contratado y llevaban la música por cualquier calle, haciéndola llegar a cualquier rincón de la ciudad.

Siempre he sentido predilección por la mañana del día 5. Por las sensaciones que tan bien describiera Alfredo Rojas hace años en un texto que cualquiera que disfrute de nuestros días grandes debería leer. Pero también porque considero que democratiza las Fiestas al llevar la música por toda la ciudad, dado que la vivienda de las madrinas infantiles y mayores de las catorce comparsas, además de las dos regidoras, puede encontrarse en cualquier barrio a lo largo y ancho de Villena.

Estas charangas hacen en cierto modo lo mismo: popularizar los desfiles, hacerlos llegar a cualquiera. Una labor que antes hacían las dianas, por cierto, y que desgraciadamente se perdió por los problemas organizativos que traían consigo. Este es un tema que quizás debería estudiarse para buscar una solución intermedia que permitiera el regreso de los manteros. Seguro que tiene que haber una fórmula que lo permita.

Mientras tanto, dejaremos que sean tribunas y charangas quienes se ocupen de hacer las Fiestas realmente de todas y todos… aunque haya sombras entre tantas luces.

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