Un año “extremadamente seco”: la sequía que nos amenaza

  • 26 abril, 2023
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Un año “extremadamente seco”: la sequía que nos amenaza

Lo que llevamos de año se está coronando como un período “extremadamente seco”. Oímos y leemos acerca de los problemas que la sequía está produciendo a nuestros cultivos, vemos peligrar nuestra subsistencia, nos horrorizamos cuando sabemos que los embalses están al mínimo de su capacidad, los acuíferos sobreexplotados, nos morimos de sed… yo, yo, yo… Cuando escucho estas noticias me viene a la cabeza el poema de Jacinto Benavente: En el “meeting” de la Humanidad, millones de hombres gritan lo mismo: ¡Yo, yo, yo, yo, yo, yo…! (…) ¡Qué monótona es la rana humana! ¡Qué monótono es el hombre mono! Nuestros montes agonizan, pero eso parece no importarle a nadie; las plantas no florecen, los insectos no tienen donde alimentarse, el agua escasea, los paseos primaverales este año los hacemos por terrenos yermos, entre plantas sin flores o con ellas francamente reducidas y sedientas –más parecen el combustible preparado para la quema–; en suma, nos amenaza un verano en el que los incendios pueden ser desastrosos. Para todos.

No creo que haya nadie en este momento, que esté pensando que me falta razón, pero al mismo tiempo miramos a otro lado y vuelve otra vez a nuestra mente “la rana humana, ¡yo, yo, yo…!” Y seguimos nuestro camino de autodestrucción, como por ejemplo sembrando el paisaje de “huertos solares” en lugar de árboles y justificando este tipo de acciones por su rendimiento económico; es decir, por el beneficio de algunos en perjuicio del muchos. Y así el poema continúa, siempre actual… Y luego : A mí, para mí; en mi opinión, a mi entender. ¡Mi, mi, mi, mi!

Pero estemos tranquilos (y lo digo irónicamente): el ser humano ni está aquí desde el inicio de la humanidad y ni estará eternamente, se extinguirá como todas las especies vivas. Pero desaparecemos conscientemente, porque el entendimiento y la inteligencia es nuestra ventaja evolutiva frente al resto de las especies, y esa misma ventaja es la que acabará con nosotros.

No es la primera vez que esto ocurre en la historia de la Tierra; los historiadores dicen que no hay que olvidar la historia, ya que los hechos se repiten y se puede aprender de lo que ya ha sucedido. Si hablamos de las especies, el tiempo pasa a escala geológica, pero también aquí los hechos se repiten. Algo parecido a lo que está pasando al ser humano les pasó a las cianobacterias hace 3500 millones de años, un gran “invento” hace que la especie que lo descubre consiga una enorme ventaja frente a las demás. Las cianobacterias son los primeros seres que en nuestro planeta toleraron el oxígeno y además lo produjeron a través de un novedoso tipo de metabolismo que hoy es bien conocido por todos: la fotosíntesis oxigénica.

Pero, ¿por qué supuso una ventaja evolutiva? Porque este metabolismo es decenas de veces más eficiente, desde un punto de vista energético, que cualquier otro tipo de fotosíntesis no oxigénica (que no libera oxígeno a la atmósfera). En ese momento eran los organismos energéticamente más eficientes de la Tierra. Gracias a este éxito, las cianobacterias proliferaron exponencialmente, lo que cambió la composición de la atmósfera, que empezó a enriquecerse en oxígeno gaseoso que hasta entonces no existía. Pero el oxígeno era un veneno extremadamente tóxico para los microorganismos anaerobios. A medida que este nuevo gas aumentaba, se fue produciendo una catastrófica pérdida de biodiversidad en el planeta. Además, la atmósfera de esa época era muy rica en metano y éste reacciona con el oxígeno dando como resultado la disminución del metano (que se oxida) en favor del dióxido de carbono (el no menos conocido CO2).

El metano tiene un mayor poder como gas de efecto invernadero que el dióxido de carbono y el sol en aquella época emitía menos energía que hoy en día; y, en consecuencia, la Tierra empezó a enfriarse y se congeló –episodio que se conoce como la glaciación huroniana, de hace unos 2400 millones de años–, lo cual provocó una extinción masiva de especies, incluidas muchas cianobacterias.

El paralelismo con lo que está sucediendo actualmente, pone los pelos de punta. Ahora somos nosotros los protagonistas de la historia y hemos iniciado un período de calentamiento que seguramente nos lleve a la extinción… y lo peor es que lo sabemos… Yo os propongo una reflexión cuando este verano el calor nos esté deshaciendo y no tengamos agua para refrescarnos: ¿podemos hacer algo para remediarlo?

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