Pasión por las Fiestas
- 3 septiembre, 2009
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Pasión, sí, siento pasión por las fiestas de mi pueblo, las Fiestas de Villena, una pasión desbordada que muchas veces se entremezcla con el mismo amor que siento por esta ciudad.
Para mí, como para el resto de los villeneros, hay cinco días en el año, cinco días del mes de septiembre, marcados en un rojo intenso, cinco días en los que nos entregamos a hacer fiesta, a disfrutar de nuestras familias y amigos y a intentar ser felices y hacer felices a los demás, porque son las Fiestas de la Virgen, y por cinco días los problemas quedarán aparcados.
En Villena, actualmente somos muchos los festeros que salimos a la calle, pero aquí puede ser tan festero el que se viste con su traje como el que no lo hace, el que se queda en la silla o el balcón, la fiesta se lleva dentro. Mi experiencia festera empieza cuando tenía cinco añicos, aún recuerdo la ilusión que me hacía ir a la modista con mi hermano Juanjo para probarnos el traje. Era 1985, nos estrenábamos como Moros Realistas dos hermanos, y lo hacíamos de la mano de un gran Realista, mi tío Juanito, mi padre saldría al año siguiente, Juanjo y yo fuímos de avanzadilla en la Comparsa. Una historia realista y festera que ha ido fraguándose año tras año, cumpliendo en estas próximas Fiestas mis veinticinco años como participante en este fenómeno llamado “las Fiestas”, porque sí, las Fiestas en Villena son todo un fenómeno.
Cuando se aproxima septiembre este pueblo experimenta una serie de cambios, sus calles y sus gentes, todo gira alrededor de una cosa, las Fiestas. Los villeneros nos disponemos a prepararlo todo, todo tiene que estar listo para cuando llegue la Reina, nuestra Reina Morena. Preparamos los trajes, nuestras casas, nuestras despensas y escuchando Pasodobles y Marchas Moras por la radio nos ambientamos para lo que nos viene. Los corazones se agitan y la emoción se contagia, el olor a pólvora y alábega será sinónimo de que las Fiestas ya han comenzado, y si Villena ya es grande, en Fiestas será toda una capital, una capital de la Fiesta.
Yo siento las Fiestas en lo más hondo de mi corazón, todos los villeneros nos volvemos locos por ellas, pero el haber vivido fuera en mi infancia ha hecho que aún idolatre más aun a este mi pueblo y a sus Fiestas, el estar lejos de Villena hace que el amor se convierta en pasión.