Ochenta kilómetros de solidaridad en el agua

  • 19 junio, 2025
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Ochenta kilómetros de solidaridad en el agua

El Club Natación Villena Alto Vinalopó está inmerso, nunca mejor dicho, en la celebración del 40 Aniversario de su fundación. La Comisión creada para la organización de actos conmemorativos y la Directiva del club, han colaborado codo con codo, brazada a brazada, para que eventos como el del pasado 14 de junio, tengan éxito y repercusión social.

Que deporte y  solidaridad van de la mano en muchas ocasiones, lo sabemos. En Villena han sido varios los eventos deportivos realizados para la recaudación de fondos destinados a la investigación de enfermedades raras o para ayudar a las familias a costear tratamientos o adquisición de material que  mejoren la calidad de vida de los afectados o su rehabilitación.

El pasado sábado fue el turno  de la natación solidaria.  Salvo error por mi parte, que los tengo y con frecuencia,  ésta  era la primera ocasión en  que se realizaba en Villena  un “festival acuático”  de estas características con fines solidarios. Ocho equipos que debían completar 100 series de 100 metros cada una.  Porque aunque a menudo se practica de forma individual, la natación es también un deporte de equipo. En los entrenamientos, en los relevos y en las competiciones, los nadadores aprenden a apoyarse unos a otros, a compartir esfuerzos y a celebrar logros en conjunto. Cada aplauso, cada consejo entre compañeros, es una muestra de compañerismo y generosidad.

 El éxito depende del trabajo de todos. No importa si uno nada más rápido que otro: el objetivo es avanzar juntos, unidos por el agua y por el compromiso común.

A pesar de coincidir con el VEM y el Campeonato Autonómico Master, la asistencia fue sin duda un éxito. Se dieron cita en el “Poli”  nadadores de todas las edades y condiciones. Fue emocionante ver que sirvió como punto de encuentro de antiguos entrenadores del club que midieron sus fuerzas con  quienes en su día, y pasados unos cuantos años,  fueron sus “pupilos”

Hubo familias que nadaron juntas, haciendo verdadera piña por el fin común y la solidaridad. Llamó mi atención, un señor que me contaba que hacía unos 30 años que no nadaba, pero que lo hacía por estar con la familia. 

Vinieron los 11 de Caudete, alentados por la familia de Mario,  nadador de nuestro club que ha conseguido mínima para competir en el Campeonato de España.

 Sorprendido de ver en el agua a personas que conozco en  otras  facetas de sus  vidas, pero de quienes ignoraba su afición por la natación o su pertenencia al club, años atrás. 

Algunos equipos  se presentaron con  nombres  cuanto menos originales, como los nadadores de mi calle, la número dos. “Johny y sus secuaces”, aunque Johny llegó con algo de retraso así que sus secuaces abrieron la prueba sin su capitán. Me hicieron mil y una sugerencia (abonico) sobre cómo tenía que  marcar sus cien, en horizontal y de una. Pero  desde mi puesto de  “anotador implacable” de los metros que iban sumando hasta completar el reto, prometo que no me dejé influenciar. Picaresca española en estado puro, deportividad y diversión. Doy las gracias a estos muchachos por el buen ratico que me hicieron pasar. 

Para los actuales nadadores del club fue también una cita deportiva importante donde  aprendieron que nadar es algo más que un deporte. Pelearon por el primer puesto y pudieron comprobar que la forma en que se les ha enseñado a animar al compañero, a pie de calle, es la misma forma en la que lo hicieron quienes les precedieron y continúan siendo referentes.

Sin perder el carácter lúdico de  la jornada,  pique, haberlo lo hubo. Hubieron  oteadores  que disimuladamente  se paseaban por el resto de calles para echar un ojo o dos a   los paneles donde se anotaban las vueltas para ir calculando posiciones. 

¿Y todo esto, con qué objetivo? Cuentan las leyendas que el reto salió de una tertulia, después de una reunión gastronómica. Cuentan que a alguien se le calentó la boca. Pero bendita la hora porque la idea se hizo realidad, con cabeza y esfuerzo. El dinero recaudado con las inscripciones, más  las  colaboraciones económicas de algunos patrocinadores estaba destinado al Servicio de Atención Temprana de APADIS para la compra o renovación de material educativo.

¿Y por qué a Atención Temprana? ¿Por qué a Apadis? Porque los inicios del club Natación Villena están muy vinculados a la piscina del Centro de Peña Rubia, donde se han formado generaciones y generaciones de nadadores hasta que se decidió el traslado a la piscina del Centro Deportivo. Un toque de romanticismo, añoranza y gratitud, sobre todo gratitud.

Así fue como la Comisión contactó con el centro y arrancamos. Para la ocasión se diseñó un gorro de natación  conmemorativo. Las profes hicieron un concurso de dibujo para la elección del “motivo” que formaría parte del diseño.  Aparece por un lado, el logo conmemorativo del 40 Aniversario y por el otro, el dibujo ganador del concurso.

Correspondieron ofreciendo un detalle artesanal como premio para el equipo que  completó el reto en primer lugar.

Faltarían páginas para los agradecimientos, desde las empresas que colaboraron aportando material para la bolsa del nadador o cantidades a sumar a lo recaudado, por la fruta, la bebida etc. A todos los padres voluntarios, y seguramente nos dejaríamos a alguien. Gracias infinitas a todos.

Y la pregunta es…¿este reto ha venido para quedarse? Pues ese es el deseo, pero ya veremos.

De momento queda demostrado que la natación, además de ser una de las actividades físicas más completas,  es mucho más que un deporte; es una herramienta para construir un futuro más solidario. A medida que más personas descubren su poder transformador, el agua se convierte en un símbolo de unidad y esperanza, donde cada brazada nos acerca más a un mundo mejor.

Que así sea.

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