Normalidad reforzada

  • 22 octubre, 2021
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Normalidad reforzada

Será difícil volver a la normalidad cuando hay muchos huecos en muchas vidas que están vacíos. La pandemia ha sido un drama que se ha llevado por delante muchas vidas, que ha dejado a mucha gente muy sola, sin sus familiares y amigos que han perdido la vida en estos meses tan duros. La pandemia ha sido un fuerte golpe para muchas personas que han visto zozobrar su negocio, su puesto de trabajo, los ahorros de su vida. La pandemia de la Covid-19, este coronavirus que aún sigue ahí, ha dejado demasiadas huellas para que nos levantemos una mañana como si nada hubiera pasado. Porque han pasado muchas cosas.

Lejos de caer en el dramatismo, también es cierto que vuelven muchas cosas de las que no hemos gozado en los últimos meses. Se abre ante nosotros nuevas actividades, nuevos espacios, nuevos horizontes que debemos aprovechar – con responsabilidad – pero aprovechar. La actividad económica se va retomando, llegan nuevos vientos de prosperidad después de estos tiempos pasados tan complicados. Las actividades deportivas, culturales, sociales retornan. La presencia en nuestros parques, en nuestras plazas, en nuestros comercios se abre paso de nuevo como rutina.
Hay ante nosotros nuevas oportunidades de presente, pero sobre todo de futuro. A partir de hoy, en la que vamos a recuperar la normalidad, tenemos la obligación de ganarnos el futuro, de exprimir al máximo cada oportunidad.

Tenemos que volver a nuestras rutinas, a nuestras formas de vida, a nuestros encuentros, costumbres y usos. La vida se abre como una oportunidad. Tenemos la obligación de recuperar esa normalidad de la que nos hemos visto privados durante demasiados meses. Algunos llaman a esto normalidad reforzada. No sé a qué se refiere. Pero sí entiendo que, con el derecho que todos tenemos de volver a nuestras vidas, también tenemos el compromiso moral de ser responsables. Fundamentalmente para seguir gozando del milagro que se nos da cada mañana; segundo por respeto al resto de la sociedad con la que convivimos; y tercero como respuesta responsable con aquellos que no pueden darse el lujo de tener que retroceder de nuevo.

La nueva normalidad, la normalidad reforzada, o como se le quiera llamar tiene que ver en cómo nos protegemos los unos a los otros. En cómo hacemos de esta sociedad algo más solidaria. De cómo nos relacionamos sin anteponer el yo, frente al nosotros. Tiene que ver, esta nueva normalidad, en recuperar el sentimiento de vivir en sociedad. Porque todos hemos aprendido lo duro que es vivir en soledad social. No olvidemos qué supone estar confinado.

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