Lealtad
- 8 marzo, 2011
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Hace unos días la Alcaldesa de Villena fue confirmada por su partido (PP) como cabeza de lista en los próximos comicios. En la foto de familia, la sra. Lledó sujetaba en las manos un cartel en el que se podía leer la palabra LEALTAD. Es evidente que tal sustantivo no fue elegido al azar, siendo su significado el más propicio para representar lo que, a su juicio, ha sido el talón de Aquiles de su acción de gobierno. En resumen, con la palabra Lealtad, la sra. Alcaldesa ha dejado traslucir la quiebra de su rutilante equipo de gobierno salido de las urnas hace cuatro años.
Vayamos al significado de la palabra lealtad según el Diccionario de la RAE en su vigésima edición. Lealtad: 1.Cumplimiento de lo que exigen las leyes de la fidelidad y las del honor y hombría de bien. 2. Amor o gratitud que muestran al hombre algunos animales, como el perro y el caballo. 3. Legalidad, verdad, realidad.
Es de suponer que la máxima Autoridad local cuando piensa en lealtad lo hace de acuerdo a la primera acepción, aunque algo de la tercera también tendría sentido. Sin embargo, es a ojos de mucha gente, incluso de su mismo partido, que la acepción que mejor encaja es la segunda, es decir: amor o gratitud que muestran algunos animales, como el perro y el caballo. O sea una lealtad sin juicio ni razón, instintiva. Si nos remitimos a los hechos acaecidos a lo largo de esta triste legislatura, la Primera Autoridad local no puede presumir, en absoluto, de ser una persona de consenso y de aunar criterios, ya que poco después del primer año de su arrolladora victoria comenzaron los problemas internos a causa de la elección del Presidente del PP provincial. El caso Ripoll-Fenoll envenenó de forma extraordinaria la cohesión interna del grupo Popular villenero hasta su estallido final, fruto de las terribles diferencias que se mostraban un día sí y otro también. Volvamos un poco la vista atrás y observemos que si de un grupo de doce personas resulta que ocho opinaban de un modo y cuatro de otro, y son los cuatro quienes triunfaron, es que algo no funcionó bien. ¿Ahí se rompió la “lealtad”?. Por tanto hemos de concluir que la sra. Lledó no ha sido, precisamente, la persona capaz de aglutinar un proyecto mayoritario que ganó en las urnas, provocando la salida de cinco de sus doce concejales –en este punto hay que subrayar que, desgraciadamente, uno de los ediles más visibles fue presa de una terrible dolencia y dos de los ocho mencionados, recularon y acudieron a la llamada de…– Resumiendo mucho: una persona que se cree líder y que aspira a gobernar con tranquilidad, no comete errores de bulto que ocasionan la rotura total del equipo de gobierno. ¿Será capaz de repetir comportamientos parecidos si, por casualidad, vuelve a ser Alcaldesa?. Permítasenos a la ciudadanía, como mínimo, el beneficio de la duda. Con lo cual vamos a parar a la palabra que abre este artículo: Lealtad.
Opino que la palabra lealtad es una de esas que significan lo que uno quiere que signifiquen y, por lo que deducimos de la actitud de la sra. Alcaldesa lealtad es pura y llanamente sumisión. Sumisión a su voluntad y su dictado, siendo quienes no comulgan con sus ideas, neutralizados. Lealtad que supone aceptar de forma acrítica su gestión. Insisto que mi opinión esta basada en la observación de su trayectoria a lo largo de todo este tiempo. Criticando con ferocidad a sus exconcejales llamándoles una y otra vez tránsfugas cuando en puridad no lo son. Tensando los Plenos… Pero lo que ha rebasado la línea roja ha sido, últimamente, la denuncia interpuesta a la sra. concejal de Los Verdes Catalina Hernández. Dicho así sin rodeos: el trabajo de Los Verdes en esta legislatura ha sido ímprobo, intentando aportar y razonar sus demandas, realizando la labor opositora fiscalizando las decisiones del gobierno local como le corresponde a la oposición. Este grupo, que cuenta con dos concejales, ha mantenido en jaque a la sra. Lledó en muchas ocasiones, lo que ha irritado sobremanera al miniPP gobernante, siendo la denuncia el instrumento con el que paralizar o tener entretenido a Los Verdes en este final caótico de legislatura. Es decir que la llamada lealtad-sumisión también iba dirigida, por lo visto, a la oposición. Acabáramos. De verdad que la política en Villena se ha encanallado hasta límites intolerables. Confío en que la próxima aporte algo de cordura.
En fin, pronto inauguraremos la Plaza Plurifuncional y… pelillos a la mar.
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Francisco Tomás Díaz
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