La cárcel de Villena se quedo con un médico y dos facultativos que acuden dos tardes a la semana

  • 1 julio, 2022
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La cárcel de Villena se quedo con un médico y dos facultativos que acuden dos tardes a la semana

Con esta plantilla se atienden a 1.000 reclusos

La falta de previsión y la incapacidad de gestión de las Subdirecciones Generales de Recursos Humanos y de Sanidad Penitenciaria han llevado a la sanidad penitenciaria a una situación de colapso que pone en grave riesgo la salud de miles de reclusos en las prisiones. En concreto, en Villena desde el verano del 2021, el centro penitenciario se quedo con un solo medico en plantilla y dos facultativos, que acuden dos tardes a la semana de 15:00 a 21:00 horas para dar asistencia a 1000 reclusos.

Por ello desde Comisiones Obreras se denuncia que “su estrategia, fracasada, de tratar de “obligar” a las comunidades autónomas a asumir gratis la transferencia de la sanidad de las prisiones a la que obliga la Ley de Cohesión y Calidad del Sistema Nacional de Salud de 2003, ha impedido resolver los problemas endémicos de la sanidad en prisiones.

En estos momentos el 60% de las plazas de los facultativos en prisiones están vacantes, por diversas razones.

La primera es que la “ilusión de la transferencia” dejó sin inversiones la sanidad penitenciaria, generando unas condiciones laborales muy malas y precarias para todo el personal sanitario.

La segunda razón más importante, de la expulsión de sanitarios del sistema que han impulsado los responsables penitenciarios, está sostenida en unas malas retribuciones, que unidas a las malas condiciones laborales, no hacen competitivo el medio penitenciario para conseguir médicos en un momento de déficit de los mismos.

Más del 90% de las plazas que se convocan quedan vacantes por esas razones, unido a una jubilación masiva de los titulares de plazas actualmente, llevan al colapso sanitario en las prisiones.

Frente a esa realidad incontestable, los gestores penitenciarios no abordan medidas estructurales que atajen la raíz de los problemas, sino que siguen apostando por el “cuanto peor mejor”, siendo su última ocurrencia, la implantación de un sistema de tele-asistencia médica, que harán incrementar las cargas de trabajo al ya muy saturado personal de enfermería, lo que sin dudas abrirá una nueva vía de salida de profesionales muy cualificados de prisiones, que tienen una alta demanda externa.

El sistema de teleasistencia, es por definición contrario a una atención de salud primaria y en un contexto de una población penal muy vulnerable sanitariamente, con índices de patologías muy superior a la media de la población provocara, sin duda alguna, consecuencias no deseadas para la salud e integridad de los presos.

La teleasistencia penitenciaria no sólo deja sin atención primaria a los presos, poniendo en riesgo su salud e integridad, sino que conlleva otros graves problemas que deterioran más la atención sanitaria:

  • Obligar al personal de enfermería al intrusismo profesional, al tener que diagnosticar ante una urgencia a quien se evacua un centro hospitalario o se deriva horas después a una teleasistencia sin exploración alguna. Además será también el personal de enfermería el que realice el reconocimiento médico siguiendo las indicaciones que le dé el facultativo conectado por videollamada, no siendo una función de la enfermería.
  • Se derivan las responsabilidades legales que tiene la Administración Penitenciaria de garantizar la integridad de la población reclusa, al personal de enfermería que no tiene entre sus funciones esas competencias, le impone una responsabilidad legal completamente inasumible.
  • Las experiencias pilotos desarrolladas hasta estos momentos han demostrado las graves carencias y fallos de funcionamiento que sufre este sistema, caída de la red por los inhibidores de frecuencia que hay en las prisiones, largas esperas de los pacientes, falta de exploración y observación, entre otros.
  • La perspectiva mercantil de estas medidas queda acreditada en el hecho de que los gestores penitenciarios  llegan a manifestar por escrito que el tiempo de las guardias de los médicos que atiendan esta teleasistencia, no es tiempo de trabajo, no se generarán descansos, con la finalidad de poder eludir el límite máximo de jornada que establece la Directiva Europea de 2003/88 CE, de 48 horas a la semana, no respetar el descanso de 11 horas entre jornadas o el de 35 horas cuando sales de una guardia de 24 horas el fin de semana, y vulnerar la legislación española. Además la hora de guardia telemática se paga por debajo del precio de hora ordinaria de trabajo con un complemento de productividad a 15,99 euros hora, una decisión que se ha tomado de forma unilateral por los gestores penitenciarios, sin negociar con la parte social.

El nuevo proyecto piloto de teleasistencia sitúa a la población reclusa, que no puede disponer libremente de la asistencia sanitaria, sin la atención de salud a la que tienen derecho y requieren, es una doble condena, la privación de libertad y la privación del derecho a la salud.

Seguir maltratando al personal en prisiones, solo empeora las condiciones y eficiencia del servicio público.

Desde CCOO hemos insistido en la necesidad de respuestas que vayan a la raíz del problema, mejorando las condiciones laborales y retributivas del personal de sanidad penitenciaria y específicamente de los facultativos ya que hay presupuesto público para ello, así como que se desarrollen conciertos públicos de colaboración con las comunidades autónomas para garantizar la salud de la población reclusa.

CCOO tomará las iniciativas que sean necesarias para garantizar la salud de la población penal, los derechos del personal penitenciario de la sanidad y el cumplimiento de la legalidad vigente.

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