Grandes espacios y mucha luz en un renovado restaurante Salvadora

Salvadora abría ayer sus puertas con un renovado local donde se priman los grandes espacios, la luz y el blanco. Francisco Hernández, gerente del hotel-restaurante Salvadora indica que ha sido una revolución desde que en mayo surgió la idea. Para ellos, los hermanos Francisco y Hugo ha sido la mejor forma de celebrar el centenario del negio que abrió sus abuelo.

Señala Hernández, que se ha buscado la integración de los diferentes espacio a través de los cristales al tiempo que se han creado salas funcionales en las que se dé cabida desde el joven que busca una hamburguesa hasta el plato más elaborado o la intimidad que requiere una comida de negocios. Ha añadido que la cocina de Salvadora tenía ya esa capacidad pero les faltaba el salón, que han reformado. También han pensado que Salvadora es un hotel y los espacios creados con lugar para una cafetería es lo que requiere este tipo de servicios.

La barra mantiene su importancia en el complejo, incluso más integrada en el salón. Hernández comenta que más de 50 tapas se pueden degustar en ella. Una forma más facilitar a todos los bolsillos su acceso a Salvadora.

En la resturación se han desnudado las paredes volviendo a rescatar la piedra con la que sus abuelos crearon la antigua posada. Un pilar y la escalera de caracol escondida por el paso de los años toma en el nuevo Salvadora un papel primordial.

Muy emocionados se mostraron la familia Hernández en esta reforma de un local que en 2010 ha cumplido sus cien años en pie y que Paco espera que sea su primer centario.

En la inauguración se dieron cita muchos villeneros para ver de primera mano las instalaciones y contemplar la exposición de la Asociación de Pintores Villenense: comer, beber y pintar.