Febrero: Mes del amor
- 13 febrero, 2025
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Todos sabemos que el 14 de febrero es el día de los enamorados. Siendo la terapia de pareja una de mis especialidades, me apetece aprovechar ambas cosas para haceros reflexionar sobre querer bien y bonito.
Más allá del consumismo que un día como este genera o de la presión social de tener que regalar algo para presumirlo luego en redes; de los escépticos que dicen que el amor se celebra todos los días o de los que tienen un detalle ese día y el resto del año ni se acuerdan. Y más allá de los que dicen que lo importante es el amor propio (que también) o de los que celebran “San Solterín”, el 14 de febrero es el día de los enamorados y es de lo que toca hablar.
¿Pero qué es el amor de pareja? ¿Qué es querer bien?
Actualmente están muy de moda los conceptos de “relación sana” y “relación tóxica”; “pareja narcisista”; “estilo de apego ansioso” y “estilo de apego evitativo”.
Mucha información a golpe de click venida de “iluminad@s”, que si no es gestionada de la forma adecuada, nos puede llegar a confundir.
Jonh Gottman, psicólogo clínico y especialista en terapia de pareja es todo un referente en este campo. Junto a su mujer, tras más de 40 años de trabajo, han desarrollado la Teoría de los Siete Tesoros para una relación duradera.
Estos siete tesoros son: conocernos a fondo; admiración mutua; compromiso compartido; influencia recíproca; resolver lo resoluble; aceptar lo inmutable y nuestros sueños entretejidos.
Si hay algo que me caracteriza en mis consultas, es usar un lenguaje llano y de fácil comprensión, por ello voy a intentar simplificarlo al máximo.
El denominador común de todo recae en la COMUNICACIÓN. Pero no cualquier comunicación, sino la que se hace con asertividad, empatía y escucha activa. Y todo esto está englobado en la RESPONSABILIDAD AFECTIVA.
Durante 2023 se produjeron 80.065 casos de separación y divorcio en España. Siempre digo que para mí, el éxito de una terapia de pareja no sólo está en que ésta se salve y salga fortalecida, sino en que ambos miembros, tras haberlo intentado a través de las vías y los recursos adecuados, decidan lo que les hace felices. Si esa felicidad puede ser compartida, genial y sino, sentirán que lo han intentado y eso es fundamental para superar el duelo.
Pero, ¿cómo se intenta? Bea, ¡que todavía no has dicho que es querer bien y con responsabilidad afectiva!
Es hacerlo desde el respeto, la confianza, la admiración, la lealtad, el cariño, la intimidad, la fidelidad, la ayuda mutua y el perdón. Es hacerlo sin miedo, con una comunicación emocional que exprese nuestro sentir y recoja el sentir del otro, validando sus emociones. Es hacerlo con paciencia, tiempo, dedicación y delicadeza. De forma diaria y constante.
Uno de los hándicaps que tenemos hoy en día es que, al venir de relaciones pasadas que no han salido bien, cargamos con mochilas y heridas no sanadas que pueden influir negativamente a la hora de volver a vincularnos con otra persona. Por ello, lo primero que tenemos que hacer es conocernos, saber en qué momento vital nos encontramos, lo que queremos y lo que no. Aprender de lo que la relación anterior nos enseñó de forma constructiva. Sólo a través de ese conocimiento personal podemos establecer relaciones sanas.
Querer desde la vulnerabilidad es de las cosas más arriesgadas que existen pues supone exponerle al otro nuestros miedos con la esperanza de que los cuide y los proteja. Es darle el “poder de herirnos” para que nos quiera de forma bonita y no lo use nunca.
Con buena comunicación, tenemos que asentar bien las bases en las que se sustente nuestra relación y tiene que venir de acuerdos entre ambos. No hay unos mejores que otros. Éstos serán válidos y adecuados siempre y cuando los dos estén cómodos con ellos. Y esa comunicación será el hilo conductor que servirá para superar las dificultades que surjan con el tiempo.
El amor va evolucionando como lo hacen las personas, y lo que en una fase inicial de enamoramiento todo es química, fluye y surge natural; en un amor más maduro requiere de trabajo, cuidado, esfuerzo y paciencia, cantidades ingentes de paciencia.
Me gusta que exista este día porque nos obliga de alguna manera a parar y a dedicar tiempo de calidad y consciente a lo importante. A veces necesitamos de excusas externas para parar y conectar, en este caso, con nuestra pareja.
Os animo a escribir esa nota especial; preparar una cena distinta; un paseo cogidos de la mano; dar un abrazo largo y (con)sentido. En lo más sencillo se acaba encontrando lo extraordinario.
¡Feliz mes del amor! Ahora sí, en todas sus formas y variantes.
¡Querer y quereros mucho, bien y bonito!