«Hay que entender el voluntariado como una herramienta de cambio»

  • 8 enero, 2020
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«Hay que entender el voluntariado como una herramienta de cambio»

Cristina Martínez Ferrando ha estado cuatro meses en Younade (Camerún) como voluntaria  de la ONG Jóvenes y Desarrollo, trabajando en distintos proyectos con niños y jóvenes del lugar

¿Qué tal la experiencia en Camerún? ¿Qué es lo que más te ha impresionado?

La experiencia en Yaounde (Camerún) ha sido una de las experiencias más transformadoras que he vivido hasta ahora. Es muy complicado resumir todo lo vivido, pero una de las cosas que más me llamó la atención es la sencillez con la que vive mucha de la gente. Esto me hizo ver la gran cantidad de “comodidades” de las que somos esclavos pero que, realmente, no necesitamos. Otra de las cosas que me impactó, sin duda, son los contrastes y la desigualdad. La situación económica de Camerún es complicada y gran parte de la población se enfrenta a muchas dificultades, destacando la falta de oportunidades para la juventud. Sin embargo, la causa de estas dificultades no siempre se encuentra dentro del propio país, sino que la influencia de multinacionales y gobiernos occidentales en la gestión de recursos, así como en la vida económica y política juega un papel decisivo. Esto me hizo cuestionarme muchas cosas y ser consciente de la importancia de cambiar también las cosas desde aquí.

¿Cuándo volviste a España? ¿El cambio entre las dos sociedades la africana y la europea es intenso?

Hay bastante contraste entre la cultura camerunesa y la española. Desde luego, una de las cosas que más noté a la vuelta es el ritmo de vida frenético al que estamos acostumbrados aquí, sin pararnos muchas veces a disfrutar de las pequeñas cosas o dejar tiempo simplemente para estar con nuestra gente.

¿En qué se ha basado tu trabajo?

Estaba en una casa de Hermanas Salesianas y colaboraba en los diferentes proyectos que tenían con los niños, niñas y jóvenes del barrio. Era profesora de inglés en el colegio de Infantil y Primaria, y en el Centro de Formación Profesional; y además colaboraba en el centro juvenil que ofrecía actividades en el tiempo libre.

¿Qué te motivó hacer voluntariado internacional? ¿Por qué Africa?

Llevo siendo voluntaria desde los 18 años y creo en el voluntariado como una gran herramienta de cambio, de creación de un mundo más justo. Cuando me planteé hacer un voluntariado internacional, no sólo lo entendía como hacer una labor concreta durante cuatro meses, sino como un paso más en el compromiso social y en tratar de entender un poco mejor el mundo en el que vivo…a lo mejor así era más fácil cambiarlo.

Respecto a la inquietud por ir a algún país africano, esta surgió al ser testigo de la realidad que muchas personas africanas viven en España y Europa. En 2016, en Ceuta, vi por primera vez las injusticias que se viven en nuestra Frontera Sur y conocí de primera mano el trato extremadamente inhumano al que se somete a las personas subsaharianas que salen de sus hogares en busca de una vida digna. Desde entonces he ido aprendiendo y viendo las constantes vulneraciones de Derechos Humanos que siguen sufriendo una vez aquí, realidades totalmente injustas que apenas se conocen. Es por todo ello que sentía inquietud por estar “al otro lado”, conocer más de cerca el lugar y el contexto del que vienen muchas de las personas con las que me he encontrado estos años.

¿Tienes pensado volver?

Son muchas las personas con las que compartí esos cuatro meses y sin duda me encantaría volver a encontrarme con ellas. Aunque no es algo que pueda pensar a largo plazo. Ahora es momento de seguir trabajando aquí, poniéndo en práctica todo lo aprendido y tratando de transformar aquellas cosas que estén en mi mano.

¿Recomendarías esta experiencia a otros jóvenes?

Sin duda. Recomendaría siempre una experiencia así, que te cambia por dentro y te da una visión mucho más amplia de las cosas. De todas formas, creo que es importante tener en cuenta algunas cosas.

Por una parte, la formación. Durante los meses previos recibí formación por parte de la ONGD salesiana Jóvenes y Desarrollo, con la que realicé la experiencia. Esta formación me ayudó a situarme sobre el contexto al que iría y mi papel como voluntaria, además de reflexionar sobre lo que eso significaba en mi vida.

Y por último, creo que es importante entender el voluntariado no tanto como dar algo, sino como compartir lo que eres, estar al servicio de una realidad y al mismo tiempo dejarte transformar por ella.

¿Con qué te quedas de estos cuatro meses en Camerún?

De estos meses me quedo con los encuentros, con cada una de las personas con las que tuve la oportunidad de compartir allí.

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