Embajadoras

  • 23 julio, 2025
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Embajadoras

En Villena tenemos la suerte de contar con jóvenes que usan las redes sociales para algo más que por puro entretenimiento. Hay algunas que incluso las convierten en un altavoz para compartir, en este mundo global en el que estamos inmersos, los pormenores y particularidades presentes y pasadas de la localidad.

Ahí están, como ejemplo más patente, dos chicas que desde Facebook e Instagram nos invitan a redescubrir nuestra ciudad y a que otros, por muy lejos que se encuentren —cosas del Internet— la puedan conocer. Una, Nerea Tomás Gandía, nos cuenta en vídeos breves y amenos la historia, los rincones y las costumbres que nos definen; la otra, Carmen Ballester Alcaraz, comparte la agenda cultural con entusiasmo, para que no se nos pase ninguna cita musical, teatral o artística.

Ambas son el ejemplo perfecto de cómo la juventud puede actuar como embajadora de su tierra con creatividad, frescura y cercanía. Sus reels y publicaciones no son solo contenido bonito ni, desde luego, buscan el postureo: son una forma de recordar que Villena está viva, que tiene mucho que ofrecer y que merece ser contada desde dentro.

Con frecuencia caemos en el tópico fácil de pensar que la juventud pasa de todo. Que está siempre con el móvil, pero para memes y estética sin contenido; que no lee, no le interesa nada más allá de la pantalla y no se implica. Pero basta detenerse en estas iniciativas para comprobar que no es cierto o, al menos, que hay más excepciones de las que podamos pensar. Que hay muchos jóvenes en Villena que pelean contra esa imagen, aportando ideas, tiempo y talento para enriquecer la vida cultural y social del municipio.
Lo vemos en quienes generan contenido de calidad, en quienes participan en asociaciones, en quienes montan negocios innovadores o defienden causas solidarias. Son la generación más conectada de la historia, pero también una de las más críticas y creativas. Y aunque se enfrenten a dificultades reales —como la precariedad o la falta de oportunidades—, muchos eligen no resignarse.

Estas dos chicas que difunden la historia, las particularidades y la agenda cultural de Villena nos dan una lección valiosa: la cultura no se mantiene sola. Necesita manos que la sostengan, ojos que la miren con cariño y voces que la cuenten de forma atractiva y honesta.

Villena necesita más juventud así: dispuesta a enamorarse de su tierra para poder compartirla, defenderla y transformarla. Dispuesta a desarrollar su creatividad, Porque si algo demuestran ellas es que el mejor futuro para nuestra ciudad empieza por quererla y darla a conocer.

En el fondo, apoyar a esta juventud inquieta y comprometida es apostar por el mejor futuro posible. Como dijo Jane Addams: «La juventud no es meramente una etapa de la vida; es una fuerza social.» Y es esa fuerza la que puede transformar nuestra comunidad si sabemos acompañarla.

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