El negocio de la abstención

  • 16 mayo, 2011
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La apatía con la que se están recibiendo las ultimas campañas electorales es proporcional a la desconfianza sobre la utilidad de las mismas que tienen los ciudadanos.La sensación de que nada va a cambiar alimenta la abstención, favoreciendo esto a los partidos más poderosos, que observan este fenómeno con indiferencia puesto que cuentan con la alternancia para mantener su cuota de poder, y seguir controlando su propaganda y auto-promoción con dinero publico, además de alimentar el despilfarro gozando de privilegios que nuestro país no se puede permitir como los consabidos 14.000 coches oficiales, cifra indecente aunque si que los pudiéramos pagar.También nos engordan la factura a través de los favores en forma de departamentos creados exclusivamente para dar un sueldo a sus voluntariosos escuderos como en los mal llamados gabinetes de prensa municipales(que forman parte del aparato propagandístico del partido), las subvenciones con dinero publico a losmedios fieles y los muchos coladeros que tienen las diputaciones para enchufar a los más leales.La crisis a golpeado en todos los sectores menos en la industria política, el tiempo de cotización y la congelación de importes no alcanzan a González, a Aznar, ni a sus colegas de pasillo. Se atreven a mencionar el copago sanitario, mientras las cuentas publicas soportan la carga de 18 ministerios de sanidad, con sus correspondientes ministros o consejeros que apadrinan secretarios, subsecretarios, vicesecretarios, cargos estos que a su vez tienen secr……, …, etc y chofer.No se libran de esto otros ministerios, que aunque solo fuera por garantizar la igualdad entre los españoles deberían de devolver sus competencias al estado.Una ley electoral injusta les garantiza su presencia en los medios y en las instituciones, la abstención mejora sus porcentajes no importándoles lo que la provoca, y carecen del sentido común y el patriotismo necesario para empezar a desmontar el chiringuito que han estado levantando y agrandado durante los últimos 30 años,simplemente porque es insostenible. 

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