El miedo a Celia LLedó
- 17 mayo, 2011
- Comentarios
Como ciudadano de Villena día a día me pregunto ¿qué es lo que ocurre en nuestra ciudad? Parece que el miedo se ha instaurado a todos los niveles de la sociedad. Basta con hablar con cualquier persona para darse cuenta de la reticencia a hablar de los problemas que algunas personas tienen con el ayuntamiento.
Vemos a diario que muchas asociaciones, empresas y particulares (eso sí, en confidencia), te comentan que no les conceden subvenciones o que no las cobran desde hace bastante tiempo; o que el ayuntamiento no les da trabajo; o comerciantes a los que su ayuntamiento no apoya ni promociona de forma alguna; o funcionarios que no tienen medios para desempeñar su función; o, simplemente, que no soportan los olores y el descontrol del equipo de gobierno.
Pero todo este descontento general no está en la boca de los ciudadanos la calle. Recordamos que cuando gobernaba Vicenta Tortosa las protestas no paraban, como la pitada que dio la policía durante la Feria del Campo, las protestas de los funcionarios, la gente quejándose, etc., en cambio ahora nadie dice nada.
¿Por qué? ¿Acaso hay quien piensa que el descontento entonces era mayor? Creo que no. Pienso que la causa es que se ha instaurado el miedo: el miedo a las represalias de Celia y su equipo de gobierno.
Porque todo el mundo sabe que si no estás con ella con total dedicación, estás contra ella. Y esto significa una afrenta personal: ha echado a la oposición (especialmente a sus antiguos compañeros) del control y fiscalización del ayuntamiento; no puedes trabajar más en ninguna obra pública municipal; eres denunciado por calumnias con el poder del ayuntamiento (aunque todavía resuenan en nuestros oídos las barbaridades de Celia y Juan Palao en la legislatura pasada); eres investigado hasta la médula; etc.
Y es que ya se nos ha olvidado que sólo hace menos de 4 años, las empresas de Villena sí trabajaban para su ayuntamiento, las subvenciones no se daban por amiguismo, no se discriminaban a los funcionarios “no afines”, etc. Que teníamos una libertad de opinión, de afiliación política, de creencias; que no se despreciaba a nadie por su militancia, simpatía o creencias.
Y como ya no recordamos lo que es un ayuntamiento “de y para TODOS los villeneros”, es por lo que este miedo nos tiene atenazados: no nos deja ni protestar, nos hace tragarnos los olores, las basuras, el paro, la falta de ayudas para todas las asociaciones y familias. En definitiva: nos hace perder la voz.
Pero no os preocupéis, que ahora seguro que vendrán los palmeros de Celia para decir en los foros lo maravillosa que es, que qué exagerado es éste, que si sale ahora es por elecciones, que con Vicenta sí había miedo, y otros absurdos.
Pero párate a reflexionar: ¿Es eso lo que percibes en la calle? ¿Es lo que tú, y sólo tú, piensas?