El antes, el durante y el después de la visita de la Infanta Doña Elena

La mañana del 20 de octubre comenzaba en Villena tomada por agentes de la Guardia Civil y de la seguridad de la Casa Real. La plaza de Santiago era cortada al tráfico y más de siete agente de la Benemérita controlaban el lugar, junto a varios pastores alemanes que rastreaban la zona. Desde la calle Nueva y hasta el Ayuntamiento agentes custodiaban cada una de las esquinas del recorrido por el que habría de pasar, horas más tarde, SAR la Infanta Doña Elena.

Su alteza aterrizaba y despegaba de la ciudad en helicóptero, ubicado en el campo municipal de fútbol de La Solana.

Los villenenses comenzaban a congregarse en la plaza de Santiago sobre las once de la mañana. Antes de llegar a al misma una pareja de jóvenes repartía banderas de España a todo el que pasaba por la calle Ramón y Cajal, para animar la bienvenida.

Dentro del Consistorio, los nervios eran evidentes…prensa, diputados, ediles, alcaldes de las ciudades de la comarca, Biar, Beneixama, Camp de Mirra, Canyada, Ibi, los conselleres de Turismo, Angélica Such, de Educación Alejandro Font de Mora, de Agua, Juan Cotino, funcionarios municipales, personal de confianza, nadie quería perderse ningún detalle. Animadamente se vio compartir experiencias, conversando en el Ayuntamiento a dos de los alcaldes de la ciudad, el socialista, Salvador Mullor y el popular, Vicente Rodes.

En la calle todos querían estar lo más cerca posible de Su Alteza y muchas eran las historias que allí se contaban, como la de Crecencio Azorín, un villenense de 84 años que recibió una  medalla por su buen comportamiento mientras estaba en las filas de la Intendencia nº 9 de Marruecos, en Meilla. Crecencio quiso acercarse a Doña Elena a contarle sus anécdotas, pero no pudo ser. Tampoco, Remigio Ibáñez, un militante histórico del PP, de 85 años pudo hacerle entrega de una botella de agua de Lourdes que tenía preparada para ella. A quien sí se la entregó fue a Francisco Camps, el presidente de la Generalitat Valenciana, quien le indicó que ” le haría falta”- según comenta Remigio en referencia al agua de Lourdes.

La visita de la Infanta al Ayuntamiento pasó como un suspiro. Llegó precedida de varios coches. El suyo paró en la misma puerta de la Casa Consistorial. Le estaban esperando la alcaldesa, Celia Lledó, el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, y el Delegado del Gobierno, Ricardo Peralta. Los casi 400 villenenses la aclamaban y minutos después salía al balcón del Ayuntamiento para saludar al público congregado. Tras la audiencia con la familia propietaria de la firma de calzado local Piulín, la foto con la Corporación municipal y la visita al Museo Arqueológico, donde la Infanta admiraba el Tesoro de Villena, carreras para llegar a la recepción en el centro de atención temprana de APADIS. En la avenida Paco Arévalo unas 300 personas esperaban a Doña Elena.

Allí estaba el presidente de la Diputación, José Joaquín Ripoll, el presidente de APADIS, Luciano Martínez, la directora del centro de atención temprana, Mª Gracia Millá, educadores, personal de la asociación, niños, y la charaganga de Las Tiesas, que amenizaba la espera con pasodobles. La junta directiva de APADIS; con el humorista Francisco Arévalo, los anteriores presidentes, Vicente Prats y Juan José García, nadie quiso perderse la oportunidad de saludar a la Infanta Doña Elena, quien visitaba varias aulas del centro.

Finalmente, en el patio cubierto con una carpa, el presidente de APADIS, Luciano Martínez, ofrecía un pequeño discurso y más tarde se mostraba la placa conmemorativa de la visita de SAR la Infanta Doña Elena.

Entonces a la prensa se nos invitaba a salir del patio, mientras se ofrecía un refrigerio a las autoridades allí reunidas.

A los 20 minutos, la Infanta Doña Elena, salía para despedirse de los miembros de la charanga Las Tiesas, del público allí congregado, mientras era ovacionada por el mismo.

El presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, abandonaba el lugar minutos después de que lo hiciera la Infanta. Sin hacer declaraciones.

Sí que habló con la prensa el presidente de la Diputación de Alicante, José Joaquín Ripoll, quien valoraba el trabajo y el esfuerzo realizado por APADIS en pro de las personas con discapacidad  psíquica

Después los ciudadanos fueron abandonando el lugar, al igual que las autoridades, sobre las dos y cuarto de la tarde.