De mes en mes
- 16 junio, 2025
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Esa es la frecuencia con la que nos encontramos en este medio, pacientes lectores, amigos y familiares.
Y confieso que hay meses en los que verdaderamente me cuesta encontrar algo sobre lo yo pueda opinar o más bien divagar, que es lo que normalmente suelo hacer. Sin embargo este mes de Mayo mi cabeza es un auténtico “cambalache” de ideas. Cada una me daría para un único artículo pero pasarán los meses, lo olvidaré o ya no me apatecerá entonces discernir sobre aquello porque habrá venido lo otro. El futuro.
Así que hablemos de Mayo, que ya lo dice el romance, “Que por Mayo era por Mayo, cuando hace la calor” . El mes de la las flores, las comuniones. El de las fiestas de Biar y el mes de La Mahoma. El mes del cambio de armario, con sus “por si acaso, que aún tiene que hacer frío”, el mes de la angustia y la ansiedad para los estudiantes de Bachillerato que se enfrentan a sus EBAUS, PAUS ( en mi época la selectividad) para poder acceder a una carrera universitaria.
El mes de Eurovisión, y esta última edición, aún no tan distinta a otras en cuanto al resultado injusto y no merecido para España, ha dado para muchos memes, risas y mucho debate sobre la amenaza de multa para España, por pedir paz. Aunque es algo que siempre subyace, la impresión es que ésta es una de las ocasiones en las que quizás con más descaro se han utilizado los votos para llevar a un país a la cima de las puntuaciones, no por la actuación en sí, sino por mera “revancha” contra un posicionamiento no político, sino de mera humanidad. Dejar de matar. Y no creo que eso haya afectado a España únicamente. Me da en la nariz que aquellos países que recibieron cero votos…algo habrán hecho para ser castigados de esa forma tan infantil. De pataleta.
No es la primera vez que se utiliza un espacio cultural para hacer reivindicaciones sociales. A la de un, dos, tres, se me vienen a la cabeza por ejemplo, las galas de los Premios Goya, en España. Igual es que a los españoles nos viene de serie lo de quejarnos en lugares y horarios de visibilidad.
Perdón por saltarme el orden de los acontecimientos. Se me calentó la letra con el tema eurovisivo y pasé por alto el acontecimiento estrella del mes. El apagón. Tras esos primeros minutos en los que todos fuimos al cuadro de luces para ver si había saltado el automático, vino el pensamiento de que había sido un apagón local por mantenimiento. Únicamente al salir a la calle, los afortunados que andaban cargando una radio a pilas nos pusieron al tanto del alcance nacional, más tarde, internacional, del apagón. Nada se podía hacer así que a pesar de la inquietud, disfrutamos de un día tranquilo, para echar más cabezadicas de las habituales, recuperar sueño, olvidarnos del móvil, de las redes sociales. Volvimos a las cartas de la baraja, a los juegos de mesa, y al llegar la noche, a las linternas, las velas, las luces de Navidad a pilas o al camping-gas, como cuando éramos pequeños y se nos iba la luz, pero había que terminar los deberes. SÍ hubo inquietud y miedo, seguramente por la belicosidad situación que estamos viviendo como amenaza. Tanto si se debió a un fallo técnico garrafal como si fue un nuevo aviso del Universo para que bajemos el ritmo, el caso, es que al día siguiente, en los supermercados hubo desabastecimiento de algunos productos, por si el acaso.
Y al hilo del apagón, me viene a la cabeza que en este mes de mayo de 2025, se han apagado las vidas de dos personas de las que dejan marca, recuerdos y palabras que son más que palabras.
Uno de ellos, de proyección internacional. Pepe Mújica, presidente nada al uso, que hizo la política que quiso hacer, con la sencillez del que verdaderamente tiene conciencia de ser un servidor público, representando las palabras y los hechos de todo un país. Cantantes, artistas, reporteros…con la misma sensibilidad que él tenía, le han dedicado espacios en todos los rincones por donde puede llegarnos la información, hablando del ser humano que siguió viviendo de la misma forma antes y después de haber sido “político”.
Pero también, y más recientemente, se apagó la vida de Eleuterio Gandía a quien los villenenses apreciábamos como persona, historiador, poeta…Durante estos días de luto, se ha dicho y contado sino todo, sí casi todo sobre él. Y todo bueno. Yo lo conocía y no sé muy bien porqué, supongo que por su amistad con mi hermano. Nunca tuve una larga conversación con él, pero sabía que era de esas personas a quienes hay que respetar y admirar. Puede que incluso lo haya conocido mejor a través de su mujer, Amparo. Y de sus hijos, David, por compañero de profesión y ya amigo. Jordi, como educador de mis hijos, y Rubén, por ser el pequeño de los tres y sobretodo por ese acento catalán que era impronta habitual en alguno de los personajes que ha interpretado en las obras de teatro infantil para adultos de Los Juglares del Lute, que intento no perderme nunca.
Lute deja un gran legado en casi todos los ámbitos, y se lleva multitud de reconocimientos, pero sin duda, el mejor homenaje será el de sus tres juglares. Lute vivirá siempre en ellos y con ellos que serán quienes mejor arropen a quien ha sido el amor de su vida, como alguien dijo ayer en su funeral, Amparo.
Quizás para ellos este Mayo no haya sido un buen mes. Primero la incertidumbre, después la pérdida, pero será un mes en el que también habrá poesía. Y su voz, queda recitando:
“Por fin trajo el verde mayo/correhuelas y albahacas/a la entrada de la aldea/y al umbral de las ventanas.
Al verlo venir se han puesto/cintas de amor las guitarras,/celos de amor las clavijas,/las cuerdas lazos de rabia,/y relinchan impacientes/por salir de serenata”
Romancillo de Mayo de Miguel Hernández