De gente buena y mala

  • 28 abril, 2024
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De gente buena y mala

Ignoro si Pedro Sánchez está tan anímicamente afectado por los últimos acontecimientos que le han llegado como para dejar en suspenso sus funciones políticas durante unos días; entiendo que es humano y, como tal, ciertas situaciones pueden llegar a desbordarlo. Pedro Sánchez no es la cuestión clave en este texto.

Profundicemos. Un sistema democrático es aquel en el que las instituciones respetan escrupulosamente la división de Poderes, la Soberanía Nacional, el sufragio que acompaña a este último concepto político y la larga serie de derechos -y deberes- que posee la ciudadanía.

Todos estos fundamentos -y más que existen- están compilados en la Constitución, que, digámoslo así, recoge las reglas del juego político para la gente de un país. Democracia precisa de Constitución; sin ella, hay dictadura y, por ende, suspensión de derechos humanos, paso previo a considerar que somos súbditos, esto es, la antítesis de ser libre. Y toda dictadura es mala. Franco era una mala persona; sus defensores, también. Así de simple y contundente.

Quienes no aceptan los resultados de las Elecciones Generales son malas personas. Quien publica mentiras, a sabiendas que lo son, en cualquier medio de información es una mala persona: quien públicamente desprecia, insulta e intenta humillar, también forma parte del grupo de gente mala. 

No obstante, a las personas que están fuera de ese agujero negro político no se las deben calificar como buenas. Son -somos, porque me incluyo- quienes se consideran imperfectas, seres humanos que tienen altibajos emocionales; personas con la posibilidad real de llegar justas a fin de mes, que les preocupa la vida política de su país y decididas a no seguir la estela de odio ni intolerancia -fascismo, en suma- de la gente mala y, mucho menos, legarlo a las nuevas generaciones españolas porque quieren -queremos- que estas vivan en democracia disfrutando de sus derechos y reclamándolos al Gobierno legítimo cuando entiendan que hay menoscabo de ellos. 

Fernando Ríos Soler.

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