Alimenta el alma, respira

Sólo nos acordamos de la salud cuando nos alejamos de ella, en ocasiones es un diagnóstico demoledor como un cáncer, en otras percibimos que algo no funciona bien y que tarde o temprano habrá que hacer unos ajustes o acabaremos en el médico, y en última instancia vamos tan atropellados por la vida que no somos conscientes de que “la vela se está apagando”. Moviéndonos en cualquiera de los escenarios anteriores me apetece bucear en tu cabeza, seguro que estás pensando en medicina occidental, terapias alternativas, etc., pero no, nos vamos a centrar en algo que no cuesta un duro y es una función muy potente para cuidar de nuestra salud, nos vamos a centrar en la respiración.

Es paradójico que llegamos al mundo inhalando y nos vamos del mismo exhalando, aunque sin embargo no prestamos toda la atención que se merece una función de nuestro cuerpo que va a marcar el desarrollo de nuestra vida, estar cansado, falta de concentración, insomnio, afecciones cardíacas, etc., se podrían corregir con protocolos de respiración voluntaria introducidos como rutina en nuestra vida diaria. Calma, no se trata de convertirse en un maestro de la respiración, te invito a una reflexión, observa tu higiene postural a lo largo del día (trabajando, caminando, comiendo) de no ser correcta afectará a la respiración y a la capacidad pulmonar. Bien ya tienes por donde empezar, pero ¿qué hay de tu trabajo?, si tienes que estar continuamente hablando va a ser demasiado superficial, intenta realizar pequeñas pausas cuando sea posible y respira con calma de forma consciente.

Una correcta oxigenación de tu cuerpo te alejará de un montón de enfermedades como problemas cardiovasculares o mejorar enfermedades autoinmunes, pensemos en que el estrés puede desencadenar enfermedades en la piel, obesidad, problemas de corazón, etc., y con algo tan accesible como prestar atención a nuestra respiración podemos combatirlo. Ahora bien, todo debe de ir acompañado de unos buenos hábitos, una buena alimentación que contenga vegetales, frutas, proteínas y grasas saludables van a favorecer el estado de relajación al equilibrar nuestro sistema nervioso simpático y parasimpático. 

Como ya te he comentado no hace falta que seas un gurú de la respiración, intenta buscar el entorno adecuado para poder concentrarte y respirar de forma consciente, más adelante intenta controlar el movimiento del diafragma, ve introduciendo técnicas de respiración y  verás como se nota la diferencia, ya estarás en el siguiente escalón, tus niveles de energía habrán subido, descansas mejor por la noche, incluso  puedes salir a la calle y ser como un cheque al portador lleno de energía positiva que puede alimentar a cualquier persona que se acerque a ti, tu personalidad y como te relacionas con el mundo ya nunca volverá a ser la misma.