Modesto reconocimiento a un artesano local

  • 10 marzo, 2022
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Modesto reconocimiento a un artesano local

Por Ángel Giner.
Pregonero de la XX Edición de las Fiestas del Medievo

Coincidí con Miguel el día 3 de septiembre de 2001 en la Comparsa de Ballesteros, nos  conocíamos de siempre, aunque no puedo concretar con exactitud donde y cuando se inició la  relación de amistad que compartimos. 

Me enteré en aquel momento que ahora se llamaba Mikel. 

Ningún problema, mi compadre se llama Ike, un madrileño llamado Iker Casillas era el portero  de la selección y poco tiempo después Villena tendría un alcalde llamado Patxi, pues nada  empecé a llamarle Mikel. 

Le pregunte por cómo le iba la vida. 

Él me explicó que elaboraba sandalias artesanales en su vieja casa de El Rabal y que luego las  vendía por mercados de artesanía y medievales. 

Yo en aquel momento era presidente del barrio y formaba parte de un grupo humano muy  activo que buscaba una salida para utilizar las fiestas de San José como un atractivo que  ayudase a que el resto de habitantes de Villena volviesen su mirada hacia el casco histórico, y  que fuese una vez por todas el barrio, el casco de todos. 

 Y entre los dos, y con la complicidad de la directiva pactamos una estrategia para poner en  marcha el evento siete meses después. 

En un encuentro casual Mikel y yo coincidimos con Primitivo Gil Saúco, que en un tiempo fue  concejal de turismo de Villena (me parece recordar que el primero que asumió ese  departamento en nuestra ciudad), me enteré que Mikel ya había intentado con el  ayuntamiento que ese evento se llevara a cabo en nuestro arrabal. 

En colaboración los implicados, conseguimos telas para engalanar las calles por la generosidad  de Athenea, infraestructuras, trajes medievales (procedentes de comparsas, escuadras y Junta  Central), publicidad a través de los medios y todo lo necesario para arrancar la primera  edición. 

Bueno todo no. El ayuntamiento no se dio por aludido hasta el último latido, pero en este  momento llegaron Vicente Rodes, Jose Francisco (Querrecle) y Juan Palao y salvaron los trastos  por la campana, con la promesa de que si era un éxito, al siguiente año se duplicaría la ayuda  municipal. 

He de resaltar que esa pauta tan positiva de colaboración y mejora continuó mientras fue  concejal Jesús Santamaría, y alcaldesa Vicenta Tortosa.

Al tiempo un Mikel incansable, ayudó la semana previa al mercado a decorar con telas, estuvo  al lado de la brigada de obras (un jueves que es lo que nos autorizó el ayuntamiento)  verificando que todo se hiciera según lo deseado, y diseñó una campaña de captación de  mercaderes, que se estructuró así: 

 “Hicimos un centenar de cartas, y se le entregaban cinco escritos a veinte artesanos de  diferentes sectores, y estos las repartían a otros cinco que pudieran estar interesados, y así  sucesivamente, encargándose ya ellos mismos si había que fotocopiar” …..(principios de siglo  XXI). 

El que no vio trabajar a Mikel, simplemente fue porque no estaba allí. 

El primer mercado se inauguró con 96 puestos incluidos uno de la propia asociación y otro de  Apadis, es decir, el plan funcionó. 

Resaltar que a Mikel se le ofreció espacio para vender sus productos, y él contestó que no  podía vender sandalias en Villena, que dispusiéramos de su espacio en esta edición, para  mayor engrandecimiento del mercado. 

Siempre creí, y sigo pensando que fue una prueba de generosidad, además de un síntoma de  cansancio, pues fueron siete meses muy duros. 

En resumen, no quería que se pasara esta XX Edición de Las Fiestas del Medievo, en el que  tengo el orgullo de ser el pregonero, sin agradecer a la que fue mi directiva, a las personas que  he nombrado y por supuesto a Mikel su ayuda en aquellos momentos, pues nunca sabremos si  uno solo de los aquí he mencionado no hubiera estado allí, este evento hubiera nacido o  continuaría vivo. 

En diferentes entrevistas en el pasado ya había contado parte de esta historia, pero pienso que  ha pasado el tiempo suficiente como para repetirla para que quede constancia. 

Resaltar la calidad humana, la humildad y la entrega de Mikel Martínez Martínez a este  proyecto. Mi amigo.

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