La efigie de Mahoma llega a Villena

La alcaldesa de Biar, Magdalena Martínez, entregó la efigie de Mahoma al alcalde de Villena, Javier Esquembre, en un sencillo acto en el que se cumplió la tradición. Tras la embajada, los cristianos reconquistaron el castillo y   volvió a ser una fortaleza en la que ondeó la bandera de la cruz.
Después de la conquista, la Mahoma, el símbolo del bando moro, abandonó el castillo de madera en el que 24 horas antes, se le colocó anunciando a toda la villa, que los moros habían tomado la plaza. Pero no sólo dejó el castillo. Por algo menos de cuatro meses, la Mahoma viajó a Villena, a siete kilometros de Biar. Así se cumplió la tradición que une a las poblaciones. Biar le prestó este símbolo que se ha convertido en un lazo de unión entre comparsas y vecinos.
El alcalde de Villena recibió a la Mahoma con la promesa de cuidarla bien y de devolverla el próximo 8 de septiembre, cuando abandone el castillo de la Atalaya  en Villena. La primera autoridad villenense se lanzó a decir una palabras en valenciano al dirigirse a los vecinos de Biar y le entregó asu alcaldesa un pergamino que selló la alianza. En él, se representaron dos fuentes de ambas poblaciones, del Chopo de Villena y la del Plátano de Biar.
Una vez finalizado el tratado firmado de forma verbal cada año, dos de las comparsas de moros, Nous y Vells tomaron a la Mahoma y no la dejaron hasta el final de La Torreta. Con los sones del “Ball de les Espies”, Biar le dijó adiós esperando  que llegue el 8 de septiembre para recibirla de nuevo.

A la Entrada del casco urbano de Villena, los cargos festeros y presidente de comparsas esperaron a la Mahoma.
La arcabuceria presidió el paso de la Mahoma hasta su morada de verano, la Casa del Festero de la Junta Central de Fiestas.  Más de 300 arcabuceros de las catorce comparsas llenaron las calles de Villena de pólvora.