Villena literaria

  • 15 marzo, 2013
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Por fortuna Villena es más, mucho más que esa nube de polvo y ceniza gris y triste que levanta a diario y a nuestro alrededor la política local. Que digo yo que, al igual que se sanciona la contaminación ambiental y la acústica, no estaría de más que se multase por ese exceso, sin duda nocivo, de polución política que debemos padecer de continuo.

 

Como decía, Villena es, afortunadamente, mucho más que nuestros agitados dirigentes y sus rutinarios enfrentamientos. De hecho, por lo que respecta a la literatura, llevamos ya una temporada en que no nos podemos quejar. Y no es que precisamente nuestra ciudad haya podido presumir durante los últimos años en este aspecto. Lejos queda ya el certamen de narrativa que, por causas nunca del todo aclaradas, se vio abocado a su desaparición.

 

Desde entonces la oferta ha sido más bien escasa y, cuando hemos tenido noticia de que la literatura continuaba viva en Villena, ha tenido que ser a través de personas que, por propia iniciativa, han decidido hacerse un hueco en el panorama cultural. Es ese el caso de Fernando Ugeda, ganador del Premio de Novela “Ciudad de Badajoz” en su edición de 2008, o de Patrick Martineau o Francisco Hernández Jordán, que publicaron novela por la misma época. Aparte de estos solitarios héroes, la actividad literaria se limitaba a las dos publicaciones anuales, Día 4 que fuera y Revista Villena, y poco más.

 

Sin embargo, en las últimas semanas debemos felicitarnos porque esa tendencia haya cambiado. Hace poco, una librería de la ciudad convocó un concurso literario para niños que tiene muy buena pinta.  Igualmente, la Sede Universitaria organizó un taller de escritura que contó con la presencia del polifacético autor argentino Mariano Catoni y que, al parecer, resultó ser todo un éxito. Y no debemos olvidarnos del joven escritor villenense Carlos Gómez, ganador por dos veces del Concurso de Relatos de Elche.

 

La última en subirse al carro ha sido la Asociación El Cerezo, con la publicación del cuento infantil “Paolo y el Misterio del Cerezo”, un material dirigido para los alumnos de Educación Infantil y en el que se intenta hacerles llegar la existencia de la extensa laguna que se abría al oeste de la ciudad en tiempos ya lejanos, así como de la fauna que la habitaba antes de su desaparición. Es, sin duda, una bonita iniciativa por la que hay que felicitar a esta asociación.

 

Dice Haruki Murakami que, del mismo modo que hay varios tipos de literatura, hay también varios tipos de escritores, cada uno con su propia visión del mundo. Probablemente sea eso lo que necesitemos, diez, cien, mil visiones distintas de nuestro mundo que nos permitan ver más allá de la nube de polvo y ceniza gris y triste de todos los días.

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