25N: Mi compromiso contigo

Hoy, 25 de noviembre, me detengo a pensar en ti, en todas las mujeres que caminan con valentía por el mundo. Pienso en tu fuerza silenciosa, en tu capacidad de resistir, de crear, de amar, a pesar de todo. Quiero que sepas que estoy contigo. Ni golpes que duelan, ni palabras que hieran. Esa es la línea que he decidido no cruzar jamás, porque el respeto no se negocia, y el amor verdadero nunca hiere.

Recuerdo momentos que me hicieron abrir los ojos: historias que escuché, miradas que contaban más que cualquier palabra, silencios que pesaban por injusticias que no debía tolerar. Comprendí que la libertad de una mujer no es opcional, que su derecho a vivir segura, a caminar sin miedo, a hablar sin ser interrumpida, es un derecho inalienable. Hoy me comprometo a amplificar esas voces, a estar atento, a ser consciente de mis actos, de mis palabras, de mis silencios.

Mis manos solo deben servir para sostener, para construir, para abrazar. Mis palabras, para alentar, para proteger, para acompañar. Mi voz, para unir y defender, no para dominar ni callar. Cada gesto mío será un reflejo de respeto y de apoyo, porque ser hombre también significa aprender, reconocer privilegios, y usar nuestra fuerza para el bien de quienes nos rodean.

Hoy celebro tu existencia, tu derecho a decidir, a reír sin miedo, a soñar sin cadenas. Celebro tu independencia, tu fortaleza y tu ternura. Celebro que, a pesar de los obstáculos, sigas caminando con la cabeza en alto. Este 25N no es solo un día de conmemoración, sino de reflexión y acción: es un recordatorio de que debemos construir un mundo más justo, donde la violencia no tenga cabida y donde cada mujer se sienta segura y escuchada.

Quiero que sepas que no me basta con admirarte desde lejos. Mi compromiso es diario, constante, sincero. Ni golpes que duelan, ni palabras que hieran. Estoy aquí para apoyarte, para aprender de ti, para ser un aliado que respeta tu libertad y tu derecho a vivir en paz. Porque celebrar el 25N es también recordarnos que cada hombre puede ser parte del cambio, y que juntos podemos construir un mundo donde el respeto y la igualdad sean la norma, no la excepción.

Por José Manuel Penadés Cambra