Deportista “Ayudas ergogénicas”
- 6 abril, 2025
- Comentarios
Pues sí, ha llegado la primavera, una época que invita a desprendernos de todo lo que nos
incomoda, tanto física como emocionalmente. Los gimnasios alcanzan picos de asistencia,
incluso de aquellos usuarios despistados que nunca terminan de borrarse, pero desconocen la
marca de sus zapatillas. Todo son prisas y pasión desenfrenada, buscando resultados de última
hora, siendo vulnerables y aventurándose a consumir cualquier ayuda ergogénica.
Contextualizando el término ayuda ergogénica podríamos definirlo como cualquier estrategia
para mejorar el rendimiento, probablemente, así a bote pronto nos venga a la cabeza la
suplementación deportiva pero también se incluyen otros tantos como el material,
metodología del entrenamiento, estrategias psicológicas, nutricionales, etc. Lo más importante
es hacer un análisis de nuestras necesidades y no volvernos locos, buscar un equilibrio.
Es aquí donde nos sentimos más desprotegidos que nunca, la industria conocedora de la
vulnerabilidad del deportista (amateur o no) nos acercan más que nunca sus productos, siendo
tan cotidiano poder comprarlos como un cartón de leche. Es entonces cuando la cosa se va
complicando, a los suplementos deportivos clásicos de toda la vida como “Whey protein”,
monohidrato de creatina, l-carnitina, BCAAs, etc., se han subido al carro otros tantos como la
cafeína, ginseng, espirulina, equinácea, adaptógenos, etc.
La industria juega bien sus bazas, un packaging atractivo, multitud de puntos de venta físicos y
tiendas online a golpe de clic y en 24 horas, ¿supone eso un problema?, no debería, los
suplementos bien utilizados son una herramienta de gran utilidad, no pretendo demonizar o
criticar su uso, más bien despertar un espíritu crítico. Terminología utilizada en el etiquetado
como “quema grasa”, “ayuda a la recuperación” o “mejora los niveles de fuerza” potencian ese
impulso de compra sin saber que para que esa promesa funcione existe un condicionante.
Ejemplo, cobra sentido tomar L-carnitina si pones la caldera a trabajar (ejercicio aeróbico), así
como realizar ejercicios de fuerza, explosivos y corta duración si tomas creatina.
Para realizar nuestro análisis lo primero es contextualizar, el tipo de deporte que realizamos va
a marcar nuestra hoja de ruta, continuaremos examinando la carga de entrenamiento
determinada por el volumen y la intensidad del mismo, todo ello acompañado de estrategias
nutricionales y metodología del entrenamiento. Es importante ajustar las tomas y
concentración en función del tipo de sesión, el día previo y posterior a la competición.
En definitiva la suplementación como cualquier ayuda ergogénica es de gran utilidad, llegaron
para quedarse y debemos de aprovechar sus propiedades pero siempre es recomendable que
te asesores con un profesional no sólo para optimizar sus beneficios sino también para evitar
posibles efectos adversos como sobrecarga hepática, renal o malas interacciones.
Recuerda, una de las más potentes herramientas que tienes a tu alcance y no cuesta dinero es
el descanso, ya sabes.