Jugar en violeta para evitar la violencia

  • 24 diciembre, 2021
  • Comentarios
Jugar en violeta para evitar la violencia

Cuando se acerca esta época del año, más que nunca estamos sometidas a una cantidad enorme de mensajes publicitarios, sobre todo los que nos venden aromas glamourosos, cargados de estereotipos sexistas que muestran a mujeres al borde del desmayo y a hombres capaces de ponerse el mundo por montera.

Para detectar el sexismo de la publicidad, os propongo un sencillo ejercicio que todo el mundo puede realizar con poco esfuerzo. Hay que seguir los siguientes pasos:  Ver un anuncio de perfume para mujeres y ver un anuncio de perfume para hombres, se pueden encontrar fácilmente en YouTube. Ahora vamos a reflexionar sobre qué imagen muestran de mujeres y de hombres, cómo van vestidos, el escenario, que expresa su cara, cómo se mueven,… y en un ejercicio de imaginación, vamos a tratar de intercambiar el sexo de los personajes. 

Por ejemplo, ¿os imagináis el anuncio de Invictus de Paco Rabanne protagonizado por una mujer? ¿Hay algún anuncio de perfumes de mujer con una protagonista con esta actitud? ¿Y el de Gucci Première protagonizado por un hombre? ¿Hay algún anuncio protagonizado por un hombre en el que se muestre esta actitud, esta manera de caminar, esta pose?

Este sencillo ejercicio se llama ‘inversión de roles’ y si nos resulta difícil de imaginar el cambio de personajes, poco creíble o nos rechina algo dentro, es porque muestran son sexistas.

Algo parecido ocurre con los anuncios de juguetes, pero además, en este caso el bombardeo publicitario llega también a nuestras casas en formato papel, mediante esos catálogos de juguetes que proliferan en esta época y sobre los que niñas y niños enseguida saben qué páginas van dirigidas a ellas y ellos, muchas veces solo mirando el lomo de los mismos localizan rápidamente donde pueden afirmar ese ‘Me lo pido’ sin ser cuestionados.

¿Os habéis fijado en qué juegos y con qué juguetes aparecen niñas y niños? ¿Quién conduce la moto?¿Quién se sienta frente al tocador a mirarse al espejo y acicalarse? ¿Quién construye? ¿Quién cuida? ¿Quién lucha? ¿Encontráis fácilmente las páginas rosas y azules?

El juego es una actividad importante para el aprendizaje y la socialización. A través del juego interiorizamos los roles y las normas sociales, las conductas que se esperan de nosotras y nosotros, y ensayamos formas de estar en el mundo, de ocupar el espacio físico, de comunicarnos y de resolver conflictos. También practicamos habilidades y entrenamos la gestión de emociones.

Los juguetes por sí mismos no son sexistas, pero sí lo es el uso que se hace de los mismos. Sobre todo cuando atribuimos directa o indirectamente su idoneidad en función del sexo de las criaturas, y  fomentamos el encasillamiento de las niñas asumiendo cuidados y de los niños en la inventiva, construcción y salvación del mundo. De esta manera estamos limitando la expresión de emociones de ambos, asignando a ellas la ternura y el cuidado de los demás y a ellos la agresividad, a ellas la preocupación por la belleza y a ellos por ganar, a costa de lo que sea. 

Sería fantástico que niñas y niños pudieran desarrollarse plenamente, sin límites por su sexo: que los chicos expresen ternura y proporcionen cuidados, que las chicas sean hábiles en inventiva, tecnología y en el desarrollo de estrategias, y sobre todo que jueguen juntos, que en pocas fotos de catálogo aparecen niñas y niños jugando juntos.

Cuando se pide que se fomente el juego y el juguete no sexista y no bélico, se está pidiendo no encasillar a niñas y niños en determinados juegos, en educar a ambos en la empatía, la cooperación, la no violencia y la igualdad de roles, fomentando la creatividad y la inteligencia emocional.

Por eso es importante que en estas fechas, regales igualdad, para avanzar hacia una sociedad más igualitaria y libre de violencia, que respete el medio ambiente y la vida en lugar de destruirla. Y, sobre todo, que niñas y niños puedan desarrollar plenamente todas las capacidades humanas con independencia de su sexo. Sé parte del cambio.

Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *