Día 4 que fuera

  • 21 septiembre, 2018
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Día 4 que fuera

Día 4 que fuera y apenas  nos llegan las fuerzas. Y ahora empiezan los recuerdos. Entre cabezadica y cabezadica, siempre hay algo que nos viene a la memoria y hace que nos echemos más de una risa.

Mis recuerdos me llevan de pleno a ese día 4 tan especial para los Marinos Corsarios. Y perdonen que “barra para casa”. El día 4 para los marinericos es un día grande. Poco quedaba ya de aquellas cenas “homenaje a la mujer”, aquellas cenas en las que ellas y ellos vestían sus mejores galas en  compensación a la dedicación y cuidado que las mujeres brindaban a las fiestas pese a estar privadas del derecho a disfrutarlas de forma activa. Conseguida la participación de la mujer en los desfiles como socias de pleno derecho de sus comparsas, su llegada a cargos directivos etc., lo de “cena homenaje a la mujer” parece que empezaba a chirriar, y no porque las mujeres no se mereciesen ese homenaje, sino porque  recordaba a otros tiempos no tan felices para las “féminas”. Quedó en Cena de Confraternidad Festera, pero un poco vacía de contenido. Casi un mero trámite que superar para llegar a la mañana del día 5 de septiembre.

No sabría decir cuándo empieza la costumbre de que los  Marinos entreguen a sus socios en la cena de Día 4, los trofeos de los concursos  celebrados en el Ecuador interno. Incluso antes, era el día elegido para la presentación de madrinas. Tampoco sabría afirmar qué motivó exactamente el cambio que se dio  a la celebración del día 4 allá en el año 2010, tal vez la crisis económica que apuntaba y que obligaba a reducir gastos. El caso es que, aún con muchas dudas y muchas críticas, se decidió mirar al pasado y en una apuesta arriesgada, se determinó que la presentación de Cargos Festeros volviera a ser ese mismo día 4.

Y si nuestra comparsa tiene un acto bonito por excelencia, es el que justamente precede a la cena-gala (presentación) del día 4 de septiembre. Los cargos festeros, junto a todo aquél que desee acompañarles,  parten de la sede social con dirección a la Iglesia de Santiago, en un singular pasacalles. Al entrar a la Iglesia, la de Montroy se prepara, cerca del órgano, los cargos festeros suben al altar, las Madrinas ofrendan a la Patrona sus flores, y los alféreces se prepararan para su primer ruedo de banderas oficial. El que le dedican a la Virgen de Las Virtudes en ese día 4 de septiembre que es sólo para ellos. Suena la Morenica y los asistentes se dejan las voces y las manos, para cantar, para aplaudir.

Después, la cena. Y al finalizar, la presentación de gala de nuestros cargos festeros. Elena y Nuria, la experiencia y la ilusión arrastrada desde bien chiquita. Iker y Raúl, el sol, la luna. El ying, el yang. Dos amigos.  Chato, el hombre sorteo, el de la buena suerte. Y Peño, el padre, el amigo, el mejor alférez.

Se aprovecha para destacar el trabajo desinteresado de un socio. El socio ejemplar, este año   José Ramón Morales, y nuestra felicitación sincera porque los que hemos compartido con él algún momento (con él siempre son intensos) sabemos lo que es disfrutar y sufrir por él (las risas, los guiones elaborados en las noches de gasolinera, los guiones, que no llegan, las apuestas arriesgadas en la presentación, no del agrado de todos, y los sainetes con que nos sorprende, su trabajo como cronista, sus gachamigas). Este día 4, que ya es historia,    la música del socio ejemplar (Pearl Harbour) sonó para ti, amigo.

Y los fuegos, cortesía de la casa. Castillicos ofrecidos por los Marinos en uno de sus días grandes. Aún hay quien piensa que son cosa del M.I. Ayuntamiento. Tonterías.

Y   esas palmeras, que se abren hacia el cielo,  cada vez más arriba, iluminan a los que nos miran desde lo alto. Por poco que nos esforcemos, hasta podemos ver las caras de aquellos marinos que nos dejaron.  Este año Lorenzo, el hombre de la sonrisa eterna, el amigo amable de todos los chiquillos de la comparsa, ahí andará, en ese cielo corsario. Y nosotros, desde nuestro lugar en la tierra, te vemos en cada destello. Te echamos de menos.

DÍA QUE FUERA.

F.M.

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