Las construcciones de piedra seca, las grandes olvidadas

  • 20 febrero, 2019
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Las construcciones de piedra seca, las  grandes olvidadas

Las construcciones realizadas con la técnica de piedra seca han sido las grandes olvidadas del patrimonio local.

A finales de diciembre, la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) decidió incluir en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad la técnica de construcción de la piedra seca, el arte de fabricar construcciones de piedra al superponer unas sobre otras, sin utilizar ningún otro material para su unión.

En noviembre de 2016, la Generalitat Valenciana ya declaró la técnica como Bien de Relevancia Local Inmaterial. Sin embargo, este reconocimiento no supone velar por la conservación de estas construcciones diseminadas por el Mediterráneo y que muestran la forma de vida en el campo. Lo que reconoce la UNESCO es la técnica que pasaba de forma oral de padres a hijos y que en la actualidad, pocos son los que la conocen.

En Villena se conservan abundantes tipos de estructuras de piedra seca, situadas en las áreas rurales y en nuestras sierras, conformando numerosos y ricos paisajes culturales. De este modo, tal y como comenta el arqueólogo municipal Jesús García Guardiola se conoce la existencia de, al menos, cinco neveros construidos con esta técnica en Sierra Salinas. Así indica que hasta los años 80 se conservaba una de estas construcciones junto a la Acequia del Rey en la carretera de Pinoso, también se conoce la existencia de un pozo de nieve en el casco urbano, en lo que actualmente es la Casa del Pueblo. Así existe un ventisquero, un pequeño nevero en Peña Rubia y un chozo, un refugio para pastores, en La Encina.

La modalidad arquitectónica consiste en colocar las piedras unas sobre otras creando muros, sin argamasa, sólo sustentadas por el propio peso de éstas. Una técnica muy utilizada en el campo para la realización de refugios o ribazos y que es transmitida de padres a hijos. Una muestra de esta transmisión generacional son los ribazos construidos con esta técnica en la zona de Los Alhorines con un diseño diferente al resto de los que se conservan en el término municipal. Los de Los Alhorines forman una espina de pez, igual que los muros de época romana construidos con la técnica del opus spicatum.

Los pozos de nieve, chozos y ventisqueros se datan desde el siglo XVIII hasta finales del XX, cuando comenzó la mecanización del campo. Fue entonces cuando, también, se abandonó la construcción en piedra seca de los márgenes de cultivo. Una técnica sostenible, ecológica y que mantiene el paisaje agrario aterrazado de la comarca.

Fotografías cedidas por Jesús García Guardiola

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